Tanto en colectivos de tercera edad como en los de educación especial, la motricidad fina es un ámbito que se debe trabajar. En este campo es fácil introducir ejercicios relacionados con el perro. El hecho de rellenar un juguete Kong o de esconder los premios en la alfombra olfativa son actividades en las que se trabaja este tipo de movimientos.
Al verse capaces de realizar ejercicios de este tipo y además sabiendo que lo hacen con un fin concreto, que es dárselo a su compi peludo, aumenta su autoestima y fortalece su autoconcpeto.